SIEMPRE CLASICO Y DE MODA LAS ÚLTIMAS DOS TEMPORADAS EN DECORACION.
Azul, añil, índigo, azul rey …. yo, cuando elegí este color como línea principal para mi nueva casa, ni cuenta me di del significado que acarrea. Ni me percaté de que estaba respondiendo a la llamada de mi sangre y de mis raíces, porque el añil o el índigo debería de ser el color simbólico de toda Latinoamérica. Y por eso lo elegí también para mi nueva página de estilo y vida, WWW.BERISTYLE.COM
Resulta que la plantita indigofera sufutticosa es originaria de Guatemala, y de ahí se expandió al resto de nuestros países latinos. De ella se extrae el índigo o el añil, que para el caso es lo mismo. Y con ese tinte natural se obtienen los azules más impresionantes, profundos y ricos que te puedas imaginar. El más elegante, a mi gusto, es el azul rey, al que yo prefiero llamar azul maya, pues era el tono que ya usaban nuestros antepasados para decorar vasijas, telares e incluso maquillajes corporales.
Índigo. Añil. ¡Qué belleza!
Este color ya lleva dos años arrasando en todas las revistas de decoración. De hecho, en http://www.estiloydeco.com/tag/color-azul/ dicen que es un color luminoso, sereno, y muy combinable. Los expertos de esta página aseguran que: “Es evidente que este precioso color inspira paz, algo bastante positivo y muy a tener en cuenta en nuestras caóticas vidas. Simboliza además la sabiduría y la honestidad, siendo así una apreciada fuerza la que emana de él, y por tanto, capaz de mejorar nuestro entorno.”
La pregunta del millón es: ¿cómo usar este color con tanta personalidad sin que se te coma la recámara, te la oscurezca, o te la condicione? Muy sencillo: yo lo combiné con tonos muy naturales, más neutros, y tierras, para darle un toque clásico y country, y por supuesto, con sabor de hacienda mexicana.
Cuidado: si lo combinas estrictamente con blanco, el ambiente se convierte totalmente en casa de playa, el cual no me desagrada, pero si vives en plena montaña nevada, no sé si el tema de la costa le va a quedar a tu sala o a tu recámara.
Por eso, el maravilloso índigo, añil, azul rey, o azul maya, como más te guste llamarlo, lo debes adaptar a tu entorno y a las dimensiones y a la luz de tu hogar. Debes usarlo y no abusarlo. A veces, con una simple pared de ese color, o con unas almohadas salpicando la cama de este tono, o como en mi comedor, unos simples azulejos azules en la bóveda del techo, logran dar a tu casa un realce regio, con sabor antiguo, hasta un poquito francés, me atrevería a decir, pero sin pasarse.
Porque maya o rey, el azul jamás pasará de moda. Si no, acuérdense del palacio de Versailles…
