Adoro a mi esposo. Especialmente la paciencia que nos tiene a mí y a mis amigochas.
Pero entiendo que es un hombre sumamente ocupado y tiene que trabajar…. lo que pasa es que me encontré de casualidad con nuestra querida Ana Bárbara en su oficina y… fue inevitable que le entráramos al comadreo y pusiéramos a “ejercitar la lengua”…. ¡Y mi Pepe que nos corre con fina elegancia y muy ecuánime! Por eso lo amo… jajaja.
Santos todos los hombres que nos aguantan tanta cháchara.
¿Y tu esposo? ¿Qué te dice cuando llega la vecina o la amiga y se ponen a platicar de puras tonterías? Cuéntame, comadrita.. cuéntame…