Este fin de semana lo pasamos en familia, mirando las noticias en nuestros teléfonos o en la televisión, pero siempre con el cuidado de que nuestras hijas no vieran esas terribles imágenes que nos llegaban desde París. Aunque tanto Ivanna como Isabella nos hicieron muchas preguntas, preferimos contarles nosotros con palabras lo sucedido. Todavía son muy chiquitas para entender un noticiero.
Les contamos con seriedad que en París gente mala detonó explosiones y gente buena murió, pero que todo el mundo se unió con amor y cariño y eso ayudará a que estén un poco mejor. Y que, desafortunadamente, en el mundo, siempre van a suceder cosas tristes, y que tenemos que ser fuertes para enfrentarlas.
Mirando a mis niñas no pude evitar pensar en el inmenso dolor que deben de estar sintiendo las mamás de Michelle Gil y de Nohemí González, las dos jovencitas mexicanas que perdieron la vida en estos atentados.
Michelle Gil era mexico-española, con familia en Barcelona y Veracruz. Nohemí González era mexico-estadounidense, nacida y criada en El Monte, California. Ambas inmigrantes o hijas de inmigrantes, al igual que mis niñas. Ambas emprendedoras, bellas, sanas, inteligentes, como yo veo a mis hijas, aunque todavía estén chiquitas.
Inmigrantes mexicanos, o no mexicanos, nos unimos ante esta noticia. Todos luchamos por darles a nuestros hijos algo mejor, y no puedo aceptar que en esa búsqueda de una vida mejor nos los maten. Y mucho menos en nombre de Alá, de Dios…
Por eso hoy todo el equipo de beriStyle.com se une al luto de las familias de Michelle y de Nohemí, al igual que al de las otras más de 120 familias que perdieron a sus seres queridos en estas masacres. Y tanto en beriStyle.com como en mi hogar, esta semana oramos, meditamos y reflexionamos también por todas esas muertes sin sentido en México, por la sangre inocente que se derrama en África a dairio, por los niños y mujeres que pierden injustamente sus vidas en el medio oriente. Que la pena que vive París estos días sirva de recordatorio para las víctimas de la violencia en todos los rincones del planeta.
Cuando lloremos por Michelle y por Nohemi, que nuestro llanto vaya por todos. Ellas son, sin duda, nuestra foto, porque de los demás, probablemente, nunca sabremos ni sus nombres ni sus apellidos.
Por favor, comadritas y compas, no se olviden de dejarnos unas palabras, y de expresar su sentir. Prometo leerlas y compartirlas.
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