Es innegable el poder de la energía femenina. Y aunque durante siglos nos tacharon de brujas (claro, que algunas se merecen hasta la escoba…) lo cierto es que la mujer es la que tiene más cercanía con la Madre Naturaleza, con las buenas energías creadoras y renovadoras, y con toda esa magia buena que es dar vida y luz. ¿A poco no, compas? No me negarán que somos la alegría de sus hogares.
Y como tal, esta semana nos convertimos en verdaderas hadas, druidas o magas, y como un personaje sacado de la teleserie #GameOfThrones, les vamos a hacer tres rituales muy antiguos y llenos de buenas vibras, para “resetear” energías, y prepararnos mentalmente y cósmicamente para recibir el 2016 con una enorme sonrisa y muchas ganas de echar p’alante.
Somos luchonas por naturaleza, somos capaces de mover montañas con nuestra divinidad femenina. Somos Diosas, somos madres, y con todos esos poderes, le vamos a decir al 2016 que se porte bien con nuestras familias. Porque no hay dragón que nos detenga, ni ogro que nos espante.
SOYALUNA: SABIDURIA NATIVO AMERICANA
Como los indios Hopi y Zuni, que celebran esta ceremonia llamada “soyaluna” justo con la llegada del solsticio de invierno como inicio del nuevo año.
En estas tradiciones, hay que apagar viejos fuegos prendiendo uno nuevo. Sal un de estas noches de diciembre al jardín, preferiblemente con luna llena, prende una fogata en lugar seguro, y junto con tus mejores amigas, y junto al fuego, reciten en voz alta deseos para cada una de ustedes, para que se les cumplan en el año entrante.
Y como los indios Iroquois, bauticen con un nombre de guerra a cada comadre, nombre que usarán durante todo el 2016 para recordarse unas a otras que son verdaderas guerreras y que podrán cumplir todas sus metas. En esta ceremonia se permite un tequilita o rompope por el frío que está haciendo esta Navidad.
MAGIA CELTICA
Como toda diosa, debemos mimarnos y adorarnos, para prepararnos para el año próximo. Y esto lo sabían muy bien los celtas allá por Irlanda.
Uno de estos días da un paseo a solas por el bosque o el desierto. Colecta piedras de diferentes colores, ramas u hojas que llamen tu atención. Luego, colócalas en un rincón de tu casa, o en tu ventana, y mientras decoras tu pequeño altar dedicado al planeta, recuerda que una diosa como tú está consciente de dónde ha estado este pasado año emocionalmente, dónde quiere ir o llegar el próximo año, y cuales son sus deseos para el futuro.
Una diosa como tú es una fuerza creadora, y puede manifestar y realizar sus más internos deseos. Y no te olvides de invocar a los cuatro elementos, girándote hacia los cuatro puntos cardinales:
Gracias AIRE que respiramos (mirando al Este)
Gracias FUEGO renovador (mirando al Norte)
Gracias AGUA que das vida ( mirando al Oeste)
Gracias, madre TIERRA que nos proteges (mirando al Sur)
YEMAYÁ: LA DIOSA DEL MAR.
Este es el ritual más femenino de todos, dirígete a la playa tempranito una de estas bellas mañanas de fin de año, sola o con tu comadre. Mete los pies en el agua y pásate una flor por todo tu cuerpo, tu cuello, las palmas de las manos. Deja que todas esas energías negativas que has acumulado durante el 2015 salgan de tu ser y se concentren en esa rosa, y luego lánzala por encima de tu hombro al agua, y no te voltees a mirarla. Sal caminando hacia la arena y no vuelvas la vista atrás, y deja que la Diosa de los océanos, Yemayá, se lleve todo lo que ya no te sirve.
De ahí se van derechito a un buen brunch con su comadre y brindan con una copita de champán por todo lo bueno que está por llegar con el 2016.
