ACTITUD
En esta vida, todo es del color del cristal con la que la miras. Así que, comadritas ( y esto también aplica a los compas, por supuesto), a ponerse los lentes de color de rosa, para vernos fabulosas y fabulosos.
Está comprobado que como tú te sientes, los demás te perciben. Por ejemplo: si entras a una fiesta con los hombros encogidos, caminando pegada a las paredes, ni el vestido más sexy ni los zapatos más caros te van a hacer brillar.
Lo mismo con el sobrepeso: Si entras a esa fiesta sintiéndote gorda, ¿adivina como te ven todos? ¡Pues retegorda!.
¿Nunca te has preguntado cómo es que tu prima la de Guadalajara, que pesa una tonelada, se casó con ese dentista tan guapo y le compró una casa en Orange County? Muy sencillo: A tu prima la baquetona le sobra actitud. Cuando camina, camina segura, y sabe lo que vale. Ella misma se pone precio, y no es barato.
No existe ningún estudio que haya demostrado que la gente delgada o la gente más guapa sea más feliz que los gorditos o los feos. Tampoco existen pruebas científicas que afirmen que las gorditas o los gorditos sean más felices porque se acepten como son. Eso también es una leyenda popular. Hay gordas y flacas amargadas por igual.
La clave no está en la balanza, o en el número de libras que te cargas, si no en tu Actitud. Flaca con actitud y gorda con actitud, son igualmente bellas y #BeriNice.
Muchos psicólogos recomiendan repetir frases afirmativas cada día para ayudarte a valorar lo que eres. Por ejemplo, puedes repetir cada mañana, cuando te maquillas: “Me gustan mis pestañas”, o “Mira que cabello tan bello que tengo”.
Comadritas: Hagamos la prueba del espejo. Diganse lo chulas que son todas las mañanas durante una semana y luego me escriben. Les apuesto que en la próxima fiesta todos se preguntarán: ¿Qué se hizo fulanita? ¿Se puso botox? ¿Bajó de peso? Y ustedes les deben responder: “Es que yo, simplemente, soy Más Bonita Que Ninguna”.